viernes, 24 de julio de 2009
¿Porqué los hombres son así?
No lo sé, pero la gran mayoría son unos idiotas. Comprobado.
Lejos del discurso feminista, habría que aclarar algunas cosas. Primero, ninguno de ellos, por más lindo que sea, logrará ser nunca una mujer!!! Ni pobra caminar libre entre nosotras. Tendrán algunos méritos, algunos muy altos, pero ser una mujer implica muchas cosas que estos animalitos nunca entenderán... y que, siendo sincera, ni falta que hace.
Segundo, detrás de este telón no hay un corazón roto, sino uno en espera... aunque ya no sé muy bien de qué. PORQUE SON TODOS IGUALES, NO HAY ESCEPCIONES!
Y vamos a lo nuestro.
Los hombres, quitándoles el miembro, son unos imbéciles.
"Elegi entre un hombre o pasarte la vida comiendo chocolates" Y me encanta el chocolate, sin embargo siempre preferiré a un hombre que a chocolate, quien no dice lo mismo?
El único problemita es que les das todo, te las ingenias para estar con ellos, te tragas sus mentiras como si no supieras que lo son, y obtienes siempre lo mismo: nada. O bueno, casi, porque tampoco es tan así. Hay unos muy detallistas que te bajan el cielo y las estrellas (baba). Y hay otros, los más hermosos, Simplemente unas joyitas. Pero lo joyita no quita lo pendejo.
¿A qué me refiero?
Cuando por alguna razón discutes y las cosas se prenden, tienden a hacerse bolita y tirarse a la basura asi de facil. Te dejan en blanco. No supiste en qué momento pasó pero pasó!, y el tipo ya está más cerrado que las piernas de una monja. Mientras tú tienes veinte mil argumentos qué exponer, y ellos solo responden si- NO o peor nada. Odio los monosílabos.
A los hombres no les pusieron sentimientos sino un sustituto se puede comparar: endulza pero no es azúcar. Ellos juran que es amor, que de verdad se desviven por nosotras, que caminan zombies por calles oscuras cuando no están a nuestro lado. En realidad, caminan por esas calles oscuras cuando no están encima de nosotras. Porque aman al sexo más que a su madre. Nosotras también nos volvemos locas con el pecado, pero podemos prescindir más que ellos. Y no por fuerza de voluntad, porque el cuerpo siempre pide lo suyo, sino porque nuestras necesidades básicas son otras. Vaya, no pensamos con la vagina.
Ahora, eso que llaman amor es sólo una dependencia edípica. Son unos niños, incluso los que no lo aparentan (esos son buenos actores).
Una más: Son manipulables y nosotras también! (hay que admitirlo)
Eso es un arma de dos filos. A veces conviene mucho pero muchas otras da pereza porque ya te la sabes: que parecen unas marionetas son tan manipulables como bebes y nos gusta TANTO todo eso. las cosas se complican un poco y como que se te sale de control. Eso es bueno, le da emoción al asunto, aunque luego se convierte en lo mismo: rutina.
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